El asma es una afección respiratoria caracterizada por la dificultad de respirar, pudiendo ir incluso hasta la sofocación. En el contexto emocional el asma está fundamentalmente ligada a la acción de “ahogo”. Me siento cogido a la garganta, sofoco, me ahogo con relación a un ser amado o una situación. Me siento limitado en mi espacio. Incluso puedo vivir una queja que me lleva a la confrontación, al enfrentamiento y que envenena mi vida. Uso el asma para atraer el amor, la atención o una forma de dependencia afectiva.
El asma siendo similar a la asfixia y a la alergia, esta ligada al sentimiento de estar limitado y de dejarse invadir por los demás en su espacio vital, de estar fácilmente impresionado por el poder de los demás en detrimento del propio, de querer complacer, de cumplir acciones que no le convienen, yendo incluso hasta ahogarse para significar una rebelión interior vinculada a una situación. Por tanto las personas que padecen de asma casi siempre mantienen este tipo de pensamientos ¨Tengo la imagen de una persona débil que exige mucho amor sin estar lista para el don de AMOR, como un niño que grita para sus necesidades sin tener la madurez de compartir y abrirse lo bastante al don divino.
Todo esto, evidentemente, está relacionado con el pasado, una especie de amor agobiante que se interpreto como tal (generalmente materno), a una tristeza inhibida de la primera infancia. Es también un miedo recordando la primera respiración, en el nacimiento, en que la persona se sintió ahogado o asustado por su madre (inconscientemente) o por una situación similar. Así, la respiración simboliza la independencia de la vida, la individualidad, la capacidad de respirar yo – mismo.
No consigo manifestar un sentimiento de independencia, vivir mi propia vida, me siento rechazado por la llegada de alguien más. Siento dificultades en tomarme en mano y a soltarme de mis ataduras con mis padres (una dependencia represiva, sobre todo frente a mi madre o al cónyuge). !No concibo separarme de esta maravillosa imagen (mi madre) dulce y confortante, casarme o ver cómo se divorcian mis padres sin tener ninguna reacción.